A mediados del pasado siglo el médico estadounidense Leonard Hayflick descubrió que las células humanas sanas solo pueden dividirse un cierto número de veces. Cuando alcanzan ese límite, dejan de multiplicarse pero no mueren, sino que entran en una etapa llamada ‘senescencia’. Desde entonces la senescencia se ha asociado con el envejecimiento, pero en años recientes el paradigma ha cambiado: ahora se sabe que interviene en muchos procesos vitales.
Entender el papel de la senescencia tanto en el funcionamiento del organismo sano como en enfermedades, desde alteraciones del desarrollo hasta en el cáncer, es hoy un área muy activa de investigación.
Esta semana el encuentro del proyecto SenesceX en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha congregado a la comunidad de investigación en senescencia en Madrid y a líderes del campo como Masashi Narita, de Cancer Research UK Cambridge Institute, y Manuel Collado, de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) y presidente de la Sociedad Española de Senescencia Celular.
SenesceX es un consorcio financiado por la Comunidad de Madrid que “busca clarificar el papel de la senescencia en procesos tan dispares como el desarrollo embrionario, el envejecimiento o el cáncer, y aportar nuevas estrategias terapéuticas para combatir las enfermedades derivadas de la senescencia ineficiente”, afirma Eva González Suárez, coordinadora de SenesceX y jefa del Grupo de Transformación y Metástasis del CNIO.
En relación al cáncer, en concreto, la evidencia apunta a que las células senescentes promueven el crecimiento y la agresividad de los tumores. Además, hay tratamientos anti-tumorales (quimioterapia, radiación, inhibidores de CDK4/6) que inducen senescencia, y estas células senescentes promueven recidivas y metástasis.
Senescencia implicada en el desarrollo de la mama
González Suárez, que investiga en cáncer de mama, ha descubierto que la senescencia está implicada en el desarrollo de la glándula mamaria: “Hace unos años descubrimos que RANK, una de las proteínas en la que enfocamos parte de los estudios de mi laboratorio, induce senescencia en las células de glándula mamaria. Esta senescencia inducida por RANK tiene un papel dual en cáncer: por una parte, retrasa / protege del cáncer, pero también contribuye a que los tumores, una vez formados, sean más agresivos”, explica González Suárez.
En el encuentro en el CNIO se presentaron avances sobre cómo la “desregulación” de la senescencia es responsable de las anomalías de varios síndromes genéticos. También se analizaron las posibles diferencias entre células durmientes, senescentes y persistentes, inducidas por los tratamientos anti-tumorales, así como la búsqueda de nuevas terapias anti-tumorales basadas en atacar a las células senescentes.
En SenesceX participan también Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del CNIO; Ignacio Palmero, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB); Ana O’Loghen, del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB); y Marta Magariños, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
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